lunes, 31 de octubre de 2011

Niño pijo de dulce mirada

Encanta con su tez clara, sus risos obscuros y su espalda ancha,
sus manos frías, sus labios como frutos rojos, y su descomplicada facha.
Así es él, un delgado caballero como salido de Crepúsculo, lo miro y a veces casi puedo ver sobre su piel un destello de fina escarcha.
¿Cómo una mala broma del destino hizo que nos conociéramos tan recién? Como si el universo nos juntara, estando espalda con espalda, así nos encontramos, que lástima…

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