miércoles, 20 de julio de 2011

A mi regreso de España

Y de manera contraria, era mi papá quien me recibía con un regalo. Cuando me puso "todo un país en las manos", la emoción fue grande, "imaginé que no lo comprarías" me dijo y me entregó el libro de Don Quijote. ¡Que presente, que poder y que alegría que fuera de sus manos de quien lo iba a leer!

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