martes, 4 de septiembre de 2012

Pijo lindo

Dos años atrás conocí a alguien, los primeros meses, éramos solo eso conocidos, pero hace un año empezamos a vernos con frecuencia. Decidí llamarlo Niño Pijo, por su Ford Fiesta blanco y su jersey amarillo.

Blanquísimo y con unos ojos y cabello en negro profundo, en realidad salido de Crepúsculo pero con la dulzura de Victor, el esposo del "cadaver de mi novia" y simplemente adorable, caballeroso, gentil y sensible. 

Es la primera vez en mi vida que conozco un chico cariñoso, es kinestésico como yo, así, no es difícil sentirlo, me abraza, me acaricia el rostro, huele mi cabello y lo peina con sus dedos frecuentemente, tiene la piel fría pero por dentro es una manzana de caramelo.

Habla bajito y maneja como un loco en su Ford, la sensación de peligro bajando a toda por la Occidental hacia el Condado es indescriptible, podría morir y sentir que estaría bien.

Empezamos a salir, y cada día las cosas fueron mejorando y día con día me fui enganchando a él, así, todas las mañana es el primero en visitar mi mente. Compartir con él es una experiencia hermosa, es como si dijéramos él y yo tumbados en el prado mirándonos a los ojos, sin hablar. Me siento tan bien a su lado, es como si hubiera encontrado el par de mis converse hace rato perdido.

Pienso en él, y corazones rojos salen de mis ojos, chanchitos bebés rosa con alas de mi mente, siento como si tuviera guitig en las venas, cuando lo veo flotó sobre nubes de algodón rosa y mariposas de intensos colores salen de mi pancita, me siento como en un mundo paralelo, uno perdido en el espacio en el que tuve la suerte de entrar y en el que hasta la ciudad se ve más bonita.

Fuimos al café Le Blue y desde esa tarde no pudimos despegarnos, la semana siguiente, -el día más bonito- fue en la mitad del mundo, quemaba el sol y nuestros corazones latían a mil, luego vinieron más y más días soleados en nuestras vidas y cada día parecía ser más hermoso que el anterior.

Pasamos julio, agosto y septiembre subidos en la alfombra roja, en la del amor, en la mágica pero en octubre llegó alguien que cambió su vida y justo así por arte de magia desapareció. Se hundió el Titanic, me sentí doblemente triste no quería saber del planeta, se alejó, y a la larga lo entiendo tenía su cabeza en su propio mundo, una magia más dulce llegó a su vida y la cambió para siempre. Luego pasó algo entre nosotros que nos marcó, no me cuidó. Regresó, hablamos y volvimos en noviembre, y en diciembre compartimos la Navidad,  una de las más lindas de mi vida. Y es que con él todo es tan lindo...

Cada día que pasa descubro nuevos gestos suyos que me acercan más a él, adoro sus formas, sus maneras, sus expresiones.

Le ha hecho tanto bien a mi vida, gracias a él, volví a tener ganas de estudiar guiones, de tener sueños, de volver a sentir.

Pijo, quien me devolvió la ilusión por vivir... sonrio al pensar en él.

Ce.

Escrito a principios de este 2012





1 comentario:

  1. kinestésicaaaaa osea te has vuelto a enamorar!!! Me encanta lo que has escrito del niño pijo. Es Edward el vampiro jajaja :) Amigaaaa que chevere!! Ya me cae bien!!! Espero que sigan juntos y muy felices :) T emando un beso y amo leer tu blog sushiano!! :)

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