martes, 21 de agosto de 2012

Enriqueta

Cumplí 12 en octubre y en diciembre mi abuelita nos dejó, ya de eso más de viente años y aún, si me concentro, puedo sentir su olor, y su corazón como cuando me abrazaba.

Mi papá quiso que compartiéramos con ella sus últimos días, y así, con mi hermano pasamos el último verano de su vida con ella en su natal San Miguel. Dormíamos en una cama junto la suya, la habitación estaba dividida por un altar, la recuerdo ya postrada, rezando y sin sonrisa, su cabello ondulado ya gris y su ropa clara...

Los otros veranos fueron más cálidos, la recuerdo cocinando, bordando y leyendo, y a mi, revoloteando a su alrededor impidiéndoselo, dándonos catequesis, preparándonos para la Primera Comunión, aún conservo el rosario de concha y nácar que me obsequió aquella vez.

Era buena la mamá de mi papi, a mis hermanos y a mi nos llamabasus oritoscon total cariño. Veo las fotos de mi infancia y aún me maravillo con los cubrecamas tejidos por ella que nos regaló, cuanto tiempo debió dedicarles, tengo todavía una cobija suya y el libro María de Jorge Isaac que le entregó a mi tía TeresitaPor la culminación exitosa de su Primer cursocomo decía en la dedicatoria, con esa letra suya tan elaborada, tan adornada, tan esplendorosa.

La recuerdo masaje andome la pancita la madrugada previa a mi operación de apéndice y dándome de comer en la boca días después, no decía mucho pero sus manos hablaban siempre bien por ella.

Muy corto el tiempo con ella, muy pocos recuerdos, pero gratos.

2 comentarios:

  1. Que lindos recuerdos de tu abuelita! No hay nadie tan especial como una abuelita que deja tantos recuerdos y olores en nuestros corazones!

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  2. Siii, lastima que nos dejara tan pronto... :(

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