lunes, 13 de junio de 2011

Mi amada Ale:

Que felicidad el poder verte crecer, cada día más grande y graciosa, ahora soltando la lengua y llenándonos de risas y emociones al oírte, como el otro día que no alcanzabas a cargar sola tu "bubu" (cochecito) y pedías "axilo axilo" (auxilio), expresión dicha con tanta gracia y desespero que nos echamos a reír, dónde la habrás oído?.
Que grato para nosotros, leerte cuentos, verte disfrutar del agua y llevarte al parque, o verte saltar y saltar sobre las camas, comer “cochoates” y jugar cuanto juego se te ocurre, con la Ita por ejemplo te gusta “jujar a reir”, con el Tata a armar cosas de la bodega, con la Tía Ta a “janar Porta”, y conmigo a las chicas “podeosas”.
Te diré, cuando todavía estabas en el vientre de tu mami, ella solía decirme, “ojala tenga tus pestañas”, y mírate, las tienes más largas y risadas que nadie. Estos días pensaba en lo que me hubiera gustado “me heredaras” y sabes pensé más bien en lo hermoso de descubrir con el día a día que no te pareces mucho, que eres original y genial! El otro día te miraba mientras, recostada sobre el piso pintabas con prisa no solo tus libros de dibujo sino también el “pachio” de los “tatas” y crayón en mano te veía tan a gusto pintar, que quien sabe y nos sorprendas con ese don.
Hace dos semanas, el seis de septiembre fue un “día histórico” : ) entraste a clases! Temprano en la mañana tus papitos te fueron a dejar a tu primera Escuela, estabas nerviosa pero lucías hermosa con tu uniforme nuevo. Tu mami había recogido tu cabello en cachitos y llorando te entregó a tu Maestra mientras tu papi no hacía sino aconsejarte y darte la bendición. El Tata y yo que también asistimos a tan importante acontecimiento, solo no salíamos de la sorpresa de verte tan grande ya en el la escuelita y te deseamos el mejor de los éxitos en la vida estudiantil que ese día empezaste.
Ya en la tarde regresas a “casita de Tatas” y lo revolucionas todo, inundas la casa con tus cosas, tus maneras, con tus risas. Los Tatas y la Tía Ta felices de cuidar de ti, yo ya no puedo, hace cuatro meses volví a trabajar, y no es sino a veces cuando regreso temprano que puedo verte y jugar contigo. Ay mi Ale, tienes tanta energía, a ratos es cansado seguirte el paso, termina uno el día rendida de cuidarte pero feliz de haberlo pasado contigo.
Ha pasado el tiempo, hoy treinta y seis meses exáctamente desde que llegaste a nosotros, cambiaste nuestro mundo, lo volviste más feliz.
Feliz cumpleaños número tres querida sobrina y que muchos saltos, “camelos” y “novos” estén por venir.
Tía Ce.
Escrito en Quito, en septiembre 20 de 2010

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