Todos los días desde tu partida, no te despediste de mi al irme a trabajar, "ten un buen día"y cada día me iba triste a la oficina.
Han pasado 2 años y medio y aún me despierto y me duermo pensando en ti, te veo en cada señor mayor que veo en la calle y no sé porqué los saludo.
Aún te siento en cada hogaza de pan que me encantaría llevar a casa para ti, en cada copa de vino...
Ya no te he soñado, la última vez estabas en San Miguel, sonriente y tranquilo, sé que estés donde estés. arriba, estás bien y libre pero todavía soy humana, egoísta y desearía que sigas aquí conmigo.
Madis.
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