jueves, 3 de agosto de 2017

Tía Rosita

Son muchos años sin ver a la Tía Rosita, como debíamos decirle a la esposa de Manolo, el primo más joven de mi papá. En realidad, una vez que la conocimos fue tan fácil, ella era tan gentil con nosotros lo niños que todo fluyó. 

Nos invitó al huasipichay de su nueva casa, una muy bonita y grande cercana a la plaza de San Miguel de Bolivar, preparó una rica cena y después nos puso a bailar, lo hicimos muy animados no sé porqué y al final nos premió con un Tango, "solo para los niños". 

Después de esa noche no la volvímos a ver, ya de eso más de 20 años, que lástima siento hoy que me llega la mala noticia de su pronta partida. 

Gracias Rosita, por todo el cariño que nos entregaste a mis hermanos y a mi cuando niños, alargaré al infinito el cariño que guardé para ti todos estos años y te recordaré con la misma dulzura de ese chocolate que nos regalaste la última vez que te vimos.

Ce.

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