martes, 31 de diciembre de 2013

En este año que se acaba quiero hacer un brindis por ti

Porque fuiste lo más lindo y lo más horrible que me pasó en la vida,
lo mejor y lo peor de los últimos años.
Me enseñaste a sonreír y al mismo tiempo fuiste la persona que más lágrimas me sacó.
Me hiciste feliz e inmensamente infeliz.
Me diste los abrazos más cálidos pero me dejaste sin abrigo en el más frío invierno.
Me mostraste el más lindo de los cielos y luego me dejaste en la puerta del infierno junto al demonio, la soledad.
Me valoraste y desvaloraste.
Me volviste loca pero me hiciste sentir viva.
y cuando iba todo viento en popa, dejaste de navegar. 

Hoy brindo por ti.
Por tu cabeza, en la que muchas veces estuve, y no dudó en olvidarme,
y por la mía, porque no ha habido ni un solo día en el que no haya dejado de pensar en ti desde que te conocí.
Por tu mirada en la que alguna vez me vi.
Por tus labios, esponjitas, que alguna vez pude tener y que ahora quiero olvidar.
Por tu boquita de anís que no titubeó en negarme frente a ella, 
y por la mía que no dejaba de decir cuanto te amaba...
Por tus brazos a los que alguna vez me aferré y me sentí segura.
Por lo fiel que fue mi mano al no querer soltarte,
por la tuya, por dejarme caer.
Por tu corazón que nunca llegué a enamorar pero latió por mi en varios momentos,
y por el mío al que conquistaste y latió solo por ti en todo este tiempo.
Por tus pies que alguna vez caminaron a la par junto a los míos
y luego te llevaron de vuelta a casa.
Por tu forma de ser infiel y por la mía absurdamente fiel.
Por el dolor que me causaste y no confortaste.
Por la herida que abriste y no curaste.
Por los recuerdos, la melancolía y la nostalgia que me dejó tu partida años atrás y que por fin acepte en este mayo y te dejé.
Por las mil peleas, por los pocos momentos lindos. 
Porque te fuiste, y te llevaste hasta mi piel. 
Porque ya no estás mas a mi lado, donde me hiciste tan feliz y tanto mal.
Por mi amor, por tu querer.

Porque te di todo de mi y tu me diste tan poco de ti, así, aún cuando perdí, gané porque no me arrepentiré después
Por tus "lo intente y no pude" que no devolverán mi fé.
Por tus "lo siento" que no reparan mi corazón roto.
Por tus mil promesas, por mi ingenuidad en creerlas.

Pero sobretodo porque eres la única persona que logra que me arrepienta de todo, y al mismo tiempo sonría por lo que vivimos. 

Y finalmente... Brindo por todo lo que hiciste que viva y sienta en estos años.

Ambos sabemos que debo desenamorarme de ti, rehacer mi vida, reencontrarme, déjame intentarlo. No te arrepientas de la decisión que tomaste, tu la tomaste por los dos, ahora, no me pienses. En este 2014 me propongo escribir otro capítulo ya sin ti y recordar el 2013 como el año en el que te quedas.

Te amé con odio, y te odié con todo el amor.
Y si, todavía te amo con todas las fuerzas de mi corazón, y con rabia.

Hoy te dejo ir, te devuelvo al universo, a ella.
Perdóname por haberte robado la inocencia, yo ya te perdoné.

Y gracias por lo que me enseñaste sin saber que estaba aprendiendo. 

Adiós.

Esta variación del texto original, fue escrita con el alma rota, y aún así un pedazo de mi corazón siempre estará contigo.

domingo, 15 de diciembre de 2013

Mi Alegría

Que pronto has crecido, a que rato te convertiste en una niñita, hoy ya en su escuelita, parece tan poco el tiempo que dejamos atrás, en especial la época de cuando nos quedábamos juntas todo el día, apenas podías caminar...

Mi amor, cada día estás más grandecita, a veces tan seria haciendo tus deberes y al rato tan tierna acariciando tus ponys... 

Un dia como hoy, de hace 6 años llegaste a nuestras vidas, las cambiaste, les trajiste alegría.

Pequeñita de risa linda gracias por estos 6 años de sonrisas dibujadas en el corazón.

Ce.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Sueños...

Soñé que era una Periodista, pero una de verdad, no de empresas, que trabajaba en una agencia y veía mi nombre escrito en una pizarra líquida donde se asignaban los proyectos, a mí me había tocado ir a Loja, y allá, dar un paseo en avioneta, estaba tan contenta con la asignación.

La siguiente escena, ya sobrevolando unos prados dorados en algún campo cercano a Loja, disfrutaba del paisaje, de la altura, hasta del sonido de los motores del aeroplano…

Tercera escena, de vuelta en la agencia con mi relato entregado, feliz, me tomaba una taza de café sin darme cuenta de que en mi taza decía geek, lo pensaba por un momento y me daba cuenta de que en ese mundo todos lo éramos, había tomado solo un mug más de muchos, miré mi atuendo, traía unos pantalones en rosa claro, una camiseta blanca con un gatito con gafas estampado y una leva café, pero lo que más me gustó fueron los lentes con marcos rojos que usaba, esos que cuando los ves piensas que quien los lleva debe ser interesante…

Pronto me sentí incluida en ese mundo, de repente en la pequeña cafetería tenía alguien de frente, su jean verde opacaba su chaqueta negra y bufanda, era un chico peinado despeinado, piercing en la ceja y linda sonrisa, nos contábamos de cuando sentíamos “algo” y ya podíamos oír el sonido de las teclas en movimiento dentro nuestra cabeza, sabíamos que se venía un escrito.. Ya éramos cómplices y los dos sonreíamos…

martes, 3 de diciembre de 2013

Juan sin lágrimas


Esta es la historia de un muchacho como todos, y distinto.
 
Se llama Juan, y todos lo describirían como un joven flaco, inclusive los ladrones al momento de robarle “entréganos todo flaco”. Tiene ojos grandes y unos hombros como ganchos para colgar ropa; yo lo describiría como un chico con suerte, afortunado en el amor.

Por fuera, luce siempre fresco con sus camisetas cholo machine y por dentro es sumamente controlado.
 
Juan siempre peinado, siempre engelado, se muestra a la vida confiado, camina altivo, y es callado y siempre calmado, excepto cuando maneja y aunque es orgulloso, tiene un hermosísimo corazón.
 
Y Juan no puede llorar… es autoinmune a exteriorizar su tristeza o su felicidad, eso pensaba él, enojado consigo mismo por no poder desahogarse, ni siquiera en casos extremos de alegría como el nacimiento de su bebita o de muchisima pena cuando su abuelo partio, pero la mañana de hoy, el día que me deja ir, al despedirse, se abrazó a mi tan fuerte como pudo y lloró. Lloró desconsoladamente como un chiquillo y después al verse llorando, sonrió tristemente, y me agradeció, “por haberle devuelto sus lágrimas”… bese sus mejillas y llego el silencio... momento ambiguo y triste sin duda…
 
Inicia el año para todos y una etapa se acaba para Juan.
Me tomo la tarde para pensar… y concluyo:
 
Hoy, a Juan la vida le sonríe, yo sonrío al pensarlo feliz, lo tiene todo, todo lo que siempre anheló, lástima que en esa lista, no estuviera yo.
 
Celeste.
 
Escrito en febrero de 2012, el día en que Juan lloró.