lunes, 27 de agosto de 2012

Baby cakes



La historia de Grace una chica muy gorda que se enamora de un guapo conductor del metro a quien solo veía pasar, y por quien hace de todo para enamorarlo hasta pedirle la acompañe a un almuerzo familiar, para demostrarles a todos que también ella podía tener a alguien así.

El chico tenía una hermosa novia, un trabajo que no le gustaba y un vacío en la vida que llenaba con el patinaje, a Grace le pasaba lo mismo con su trabajo, era maquillista mortuoria pero estaba sola; y tenía el mismo vacío pero ella lo comprimía con dulces.
Salen un rato y él la deja pero con el tiempo se da cuenta de que nunca conoció a alguien tan dulce como aquella gordita de hermoso corazón, y como era de esperarse al final la busca y se queda con ella.

De las pelis más lindas que he visto, para enamorar…

sábado, 25 de agosto de 2012

Las bodas

He asistido a tantas a lo largo de mi vida que hoy podría hasta rankearlas:

La tierna: Cuando tenia 5 y fui la niña de las flores, con vestidito blanco y corona.
Las de rutina: Las de mis primos.
Las mas chéveres: Las de las amigas del colegio y universidad.
Las que vas como acompañante de tu novio y te hacen sentir importante.
La más dura: La de mi hermano.
La que lamentaré por siempre habérmela perdido: La de mi mejor amiga Alicia, en Utah.
La más creativa: La de mi amiga Noni, en la playa al caer el sol.

Total 25, me pregunto de quién será la siguiente...

miércoles, 22 de agosto de 2012

Los sabores de San Miguel

Los recuerdos de dulces alimentos de cuando era niña vienen siempre de la mano de alguna gentil alma que quería consentirnos a mi hermano y a mi cuando visitábamos San Miguel.

La de mi abuelita claro, con los dulces rompopes de media mañana, preparados por ella con tanto amor, los helados choco-bananas que endulzaban y refrescaban los días soleados y las galletas de animalitos que comprábamos en la tienda de Don Teofilito, frente a nuestra casa y con dinero que ella nos daba, que sacaba de una pequeña cartera, dentro de uno de sus bolsillos del pecho, y estaba pegado a su camisa de seda rosa, a través de una cinta turqueza. Ella era así, cuando nos visitaba solía traernos un sabroso pan, guardado en una cajita y enlazado con una cuerda.

La de la prima Leo, ya señorita cuando yo era niña, amable y enamorada, nos deleitaba con helados de leche y tortas que ella horneaba, siempre dulces, siempre ricas y siempre a media tarde. La de su gentil novio y los divertidos paseos en su moto que siempre terminaban con alguna golosina comprada en el parque, y la de su mamá, una señora morena, gordita y siempre gentil, recuerdo el ina-cake que nos dio de postre la última vez que almorzamos en su casa.

La de la tía Luz y sus spaguettys que eran almuerzo frecuente, la sardina en la lata vertical, y los chigüiles claro, típicos de la tierra.

Y la de la tía Rosita, gentil y linda, que nos invitó a cenar a su casa nueva, cerca a la plaza de arriba, nos hizo bailar con sus tres chiquitas y luego como premio nos dio chocolates Tango a los niños, la última vez que la vimos.

Dulces sabores, dulces recuerdos...

martes, 21 de agosto de 2012

Enriqueta

Cumplí 12 en octubre y en diciembre mi abuelita nos dejó, ya de eso más de viente años y aún, si me concentro, puedo sentir su olor, y su corazón como cuando me abrazaba.

Mi papá quiso que compartiéramos con ella sus últimos días, y así, con mi hermano pasamos el último verano de su vida con ella en su natal San Miguel. Dormíamos en una cama junto la suya, la habitación estaba dividida por un altar, la recuerdo ya postrada, rezando y sin sonrisa, su cabello ondulado ya gris y su ropa clara...

Los otros veranos fueron más cálidos, la recuerdo cocinando, bordando y leyendo, y a mi, revoloteando a su alrededor impidiéndoselo, dándonos catequesis, preparándonos para la Primera Comunión, aún conservo el rosario de concha y nácar que me obsequió aquella vez.

Era buena la mamá de mi papi, a mis hermanos y a mi nos llamabasus oritoscon total cariño. Veo las fotos de mi infancia y aún me maravillo con los cubrecamas tejidos por ella que nos regaló, cuanto tiempo debió dedicarles, tengo todavía una cobija suya y el libro María de Jorge Isaac que le entregó a mi tía TeresitaPor la culminación exitosa de su Primer cursocomo decía en la dedicatoria, con esa letra suya tan elaborada, tan adornada, tan esplendorosa.

La recuerdo masaje andome la pancita la madrugada previa a mi operación de apéndice y dándome de comer en la boca días después, no decía mucho pero sus manos hablaban siempre bien por ella.

Muy corto el tiempo con ella, muy pocos recuerdos, pero gratos.

lunes, 20 de agosto de 2012

Los veranos de mi infancia

Mi papá, oriundo de un pequeño poblado en el centro del país, solía enviarnos a mi hermano y a mi a pasar vacaciones en su casa, así, casi cada verano de mi infancia lo pasé en San Miguel de Bolivar. Mi hermano conforme fuimos creciendo salía con los primos, los acompañaba a cazar tórtolas con cata, yo era muy chica y recuerdo haberlos visto irse temprano en la mañana y regresar al medio día, con pájaros en mano para un caldo. No son de los mejores recuerdos, prefiero recordar la fresca pileta con peces de colores que había en el parque central; el olor de sus árboles y extrañamente a Pancho, ese niño que tocaba las campanas de la iglesia para llamar a misa al caer la noche y con quien nunca conversé pero una vez me regaló flores, que sería de él...